En este parque nacional le espera un paisaje surrealista de interminables dunas de arena y lagunas de agua dulce. Explore la belleza de otro mundo y dese un chapuzón en las lagunas.
Conocida por sus playas vírgenes, aguas cristalinas e impresionantes dunas de arena, Jericoacoara es un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes acuáticos.
Isla de Fernando de Noronha: Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, situada a unos 340 km de la costa brasileña, es un impresionante remanso de belleza natural.
Parque Nacional de Chapada Diamantina: Enclavado en el corazón de Bahía (Brasil), el Parque Nacional de Chapada Diamantina es una maravilla escarpada y pintoresca. Sus 152.142 hectáreas de belleza indómita se extienden por una meseta, donde los acantilados y picos se elevan hasta altitudes de 500 a 1.800 metros.
Situada en el estado de Alagoas, Maragogi presume de un mar azul celeste, vibrantes arrecifes de coral y piscinas naturales. Es un paraíso para bucear y relajarse en la playa.
Este encantador pueblo pesquero ofrece un ambiente relajado, casas de colores y un tranquilo río que desemboca en el océano. Explore su belleza rústica y disfrute de un ritmo de vida pausado.
Pipa es famosa por sus excursiones para avistar delfines, sus espectaculares acantilados y su animada vida nocturna. La combinación de belleza natural y energía vibrante la convierten en un lugar de visita obligada.
Con sus acantilados de arena roja, Canoa Quebrada es un destino costero único. Disfrute de paseos en buggy, kitesurf e impresionantes puestas de sol sobre el océano Atlántico.
Esta histórica ciudad cuenta con calles empedradas, casas de colores y una pintoresca plaza central. El ambiente bohemio de Trancoso y sus impresionantes playas lo hacen inolvidable.
Conocida por sus piscinas naturales, Porto de Galinhas ofrece aguas cálidas y cristalinas repletas de vida marina. Practique snorkel, nade y relájese en este paraíso tropical.